lunes, 16 de julio de 2012

BARCELONA


Barcelona fue la primera ciudad española que visitamos y vale aclarar que España ha sido otro destino que nos cayó muy bien, no sólo por compartir el idioma sino también por las similitudes gastronómicas y arquitectónicas que hay con nuestro país.  Aquí teníamos la posibilidad de hospedarnos en lo de dos colegas músicos, pero como llegamos en vísperas de feriado ellos no estaban en la ciudad y tuvimos que pasar las primeras cuatro noches en hostels.

La primera noche la pasamos en un hostel ubicado en la Barceloneta (la playa del centro de Barcelona) que no es muy linda pero al menos nos sirvió para descansar un poco al sol. La Barceloneta es una zona joven en donde se respira fiesta, música y apertura multicultural, como sucede en la mayoría de los barrios de Barcelona. Nos encontramos con una ciudad muy “open mind”, diferente al resto de las ciudades que veníamos visitando y muy parecida en ese sentido a Amsterdam.

Pero más allá de la bohemia, la buena onda y la juventud característica de esta gran ciudad, hay una verdad que es innegable: Barcelona es Gaudí. Su genio ornamenta la ciudad como nadie lo pudo haber hecho, dándole a Barcelona un toque distinto, una originalidad propia de esas ciudades que dan un salto y pasan a ser únicas, como lo son Paris, Praga o Venecia.


Al apreciar sus obras uno piensa que Gaudí vivió varios siglos adelantado: como si hubiera venido del futuro para crear una obra gigantesca y sin igual, incomprendida para la gente de su época (e incluso para nuestra generación). De toda su obra, lo que más nos conmovió fue la Sagrada Familia. Si verla de afuera nos deja boquiabiertos, ni hablar de lo que causa estando en su interior, en esa maravilla arquitectónica que emula un bosque tan alto como el cielo, y a la vez tan supremo y omnipotente como el mismísimo Dios. 



Otro lugar inolvidable e increíblemente bello es el Parc Güell, también ornamentado por Gaudí. Si no fuera por sus intervenciones (esculturas, muros, suelos, escaleras, paredes, dragones y figuras de animales marítimos), estaríamos ante la presencia de un parque más. Pero al caminar sus senderos y al apreciar las coloridas y originales esculturas que este singular arquitecto diseñó, se tiene la sensación de estar en la cabeza de un genio, observando en persona la inspiración que alguna vez brotó de su cerebro. Parc Güell se convierte, de este modo, en un lugar mágico. 



Completan la maravillosa obra de Gaudí dos casas que diseñó por encargo: Casa Pedrera (pudimos observarla de afuera pero no pudimos ingresar) y la espectacular Casa Batlló.

Casa Batlló es un sueño hecho casa. Aquí Gaudí sintetizó sus ideas más alocadas y  todo su potencial: la inspiración de un artista en su punto más alto. Es un lugar lúdico y onírico, en donde ya desde su fachada se puede advertir la fuente máxima de la inspiración de Gaudí: el océano. Todo lo que se ve en este edificio es producto de la iluminación de un artista que se basó en las formas, los colores y los movimientos del ecosistema marítimo para enarbolar un modo único de construcción en donde las ventanas parecen ostras, las ventilaciones aletas de tiburones, los suelos fondos oceánicos, los techos cavernas subacuáticas y las habitaciones costillas de ballenas.  Incluso hoy día, con los avances académicos y tecnológicos, Casa Batlló es considerada por los profesionales del rubro como una de las construcciones más modernas de la historia de la arquitectura. Y eso que fue construida a principios del siglo XX…


Otra zona muy linda de Barcelona es la Rambla, lugar típico de una ciudad en donde el puerto y la actividad pesquera son muy importantes (cabe aclarar que Catalunya es una región que desde hace muchísimo tiempo lucha por lograr su independencia y cuenta para ello con un gran potencial económico, basado en los ingresos portuarios, que le permitiría la autonomía).

El anteúltimo día recorrimos otra zona encantadora de esta gran ciudad: el Barrio Gótico. Es un lugar muy bello e histórico, sobre todo por sus edificaciones, sus calles y su movida nocturna, con excelentes bares para degustar unos ricos montaditos acompañados de unas frescas cañas. 

Esa misma noche conocimos finalmente a Inma Gómes y Leandro, su pareja. Ella es una gran música y cantante de jazz oriunda de Sevilla que ahora está dando sus pasos como solista en Barcelona, y él es un argentino que desde hace muchos años vive en Barcelona y además es el manager de Inma. Con ellos compartimos una hermosa cena en su casa y nos invitaron a quedarnos un día más en la ciudad, ofrecimiento que aceptamos con muchísimo gusto. 

Aproveché y filmé a Inma para mi documental sobre músicos de Europa y disfrutamos dos noches maravillosas junto a esta linda pareja, quedando la puerta abierta para volver a Barcelona cuando queramos. Algo que no nos costará demasiado, ya que tanto en Barcelona como en Madrid (nuestro siguiente destino) haríamos grandes amigos, quedándonos con las ganas de visitarlos nuevamente, lo cual, obviamente, esperamos hacer. 

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