miércoles, 20 de junio de 2012

VENECIA y FLORENCIA - 14 al 20 de Mayo 2012

VENECIA

Después de Brujas pensamos que ya pocos lugares podrían sorprendernos, pero nos volvimos a equivocar. Venecia es especial. En realidad, Italia es especial. Un país con múchisima historia, cultura y paisajes impresionantes. Venecia es uno de ellos, con sus hermosos canales, sus tradicionales casas al borde del agua, las ropas secándose al sol en cada balcón y las góndolas llevando parejas de enamorados de aquí para allá. Le agregamos una rica comida italiana (pastas o pizza) y una serenata a la luz de la luna y tenemos el combo perfecto para disfrutar de uno de los lugares más bellos del mundo.


Paramos en un camping en las afueras de Venecia, con lo cual cada mañana debíamos tomar un bus que en apenas 30 minutos nos acercaba a la isla. El auto dormía en el camping (un automóvil en Venecia es tan útil como un barco en Caballito). En Venecia hay tantos canales que aún con un mapa en la mano es difícil ubicarse, con lo cual lo mejor es dejarse atrapar por el laberinto y perderse en la ciudad, para poder descubrir aquellos lugares que a veces no aparecen en los mapas.


Luego de recorrer toda Venecia, tomamos un barco y nos hicimos una excursión por otras dos hermosas islas: Murano y Burano. La primera famosa por sus vidrios, y la segunda por sus casas de colores y sus hermosos paisajes, sin dudas uno de los destinos que más nos sorprendió en todo el viaje.   
Pasamos otros dos días de cuento en Venecia. Sin darnos cuenta, cuando pensábamos que todo había sido un sueño, nos encontramos en otro lugar increíble: Florencia.

FLORENCIA
“Lo mejor de Florencia está en las iglesias”, nos dijo un brasileño que conocimos en un autobús, y el hombre no se equivocó. Florencia es, al igual que Roma, una ciudad con muchísima historia relacionada al catolicismo. Santa Maria del Fiore, la Catedral de Florencia ubicada en La Piazza del Duomo, es una de las más hermosas que vimos en toda Europa. Vale la pena detenerse frente a su fachada y contemplarla durante varios minutos porque es una obra de arte arquitectónica sin igual.

También visitamos las fontanas y piazzas características de la ciudad, como Piazza de la República, la Fontanta del Porcelino y las Piazzas de la Signoría y Degli Ufisi.
Florencia también cuenta con una gran cantidad de obras de arte que descansan en sus iglesias. Por ejemplo, en una de ellas nos encontramos casi sin querer contemplando un bello “Cristo de madera” tallado ni más ni menos que por Miguel Ángel. Otra obra que no se puede dejar de apreciar es el “David”, ubicado frente al Palazzo Vecchio. Una obra estéticamente perfecta, suprema.
Lo mejor de la ciudad está sobre el Rio Arno: el Ponte Vecchio. Desde ese romántico lugar fuimos testigos de un inolvidable atardecer en donde el sol se puso sobre el rio y regaló una postal para todos los que disfrutábamos de ese maravilloso instante.

Por la noche fuimos a un restaurante a cenar unas ricas pastas y tomamos unos tragos en un pub, en una zona que nos recomendó María Laura, la joven recepcionista del hotel donde nos hospedábamos que es Rosarina y está estudiando cello en Italia. Ella también nos recomendó visitar Fiésole, una ciudad casi medieval ubicada en las colinas de la Región Toscana. Fuimos durante un día y nos encantó.
Para despedirnos de esta gran ciudad nos deleitamos con una hermosa vista panorámica desde lo más alto de la Piazzale Michelangelo. Antes de la cúspide hay un jardín de rosas que también vale la pena visitar, sobre todo en tiempos primaverales.

Estuvimos cuatro días en Florencia y podemos afirmar que se trata de una de las ciudades más bonitas y ricas en historia que hay en toda Europa. Para el que piense en visitarla, no dude en hacerlo.  

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